¡Fin de la primera parte!

El pueblo español a veces reacciona tarde, pero suele tener la mala leche de responder con rabia ante la desfachatez.
Juan José Gómez-Hidalgo
Juan José Gómez-Hidalgo

Lo ocurrido en la Comunidad de Madrid tiene su miga. Le dedicaremos no pocas reflexiones. Mayo es el espacio para el ex-Vicepresidente, ex-dirigente y ex-político con cargo Pablo Iglesias. Confieso que he tenido la tentación de titular esta columna con un “¡Cierre al salir, camarada!” pero después pensé: ¡Buff, qué poco original! 

El mes pasado escribí que Iglesias estaba amortizado políticamente y algún apesebrado me tachó de infantil. Anoche su despedida terminó de despejar cualquier duda que pudiera alguien albergar. Se despidió de forma infausta como infausto ha sido su efímero paso por la Política española: asumiendo ser una carga y echando la culpa al mundo de su cruel destino. Ha defraudado incluso a los fundadores del Movimiento 15-M, surgido honestamente de la gran crisis; traicionado, medrado y tensionado al país como nunca antes en democracia y en fin, el ya finiquitado “coletas” osa victimizarse en su última alocución como si él fuera una hermanita de la caridad. A esto se llega llorado y se sale con dignidad, sino la salida puede parecer un fake más. 

De momento, lo ha hecho el madrileño, en masa, porque ha llegado a las urnas harto y consciente de la misión: hay una hidra con varias cabezas que hay que cortar, como Hércules. Lo sorprendente es la ingenuidad de much@s que confiaron y siguen confiando en semejante personaje. Lo lamentable, es haber tenido los españoles que sufrir un bluff así. Lo estrambótico es que además esta gente, anclada en tiempos pretéritos, aún tengan altavoces como Monedero que justifica la derrota insultando a la gente que dice representar.

Podemos extraer muchas lecciones de lo sucedido con este Señor que llegó, vió, revolvió y se fue. Sin más ánimo que el de ofrecer mi opinión, a bote pronto, las más primarias. Primero, en Política tienes que ser coherente con lo que predicas y debes dar ejemplo. Si dices representar y defender a los débiles, los oprimidos y a la clase obrera y en cambio vives con opulencia, no das un palo al agua en el trabajo asignado y traicionas a tus fieles pues toma, Más Madrid!...se me antoja hasta generoso el apelativo del roedor. 

Además, la soberbia, la prepotencia, la chulería y la soflama retórica tienen una pésima venta. Más en tiempos de grave crisis. No es cierto que haya sido Vox el que ha crispado el ambiente político en España en los últimos años. Vox es la cara opuesta a Podemos pero de otra moneda diferente. Han sido Podemos e Iglesias, con verdadera inquina, quienes iniciaron esta deriva sacando a pasear términos absolutamente fuera de lugar como fascismo, nazis, gentuza, golfos, inútiles...algunos dirigidos a sus actuales compañeros en el gobierno. Él sí se ha declarado comunista, jamás he oído a nadie de Vox declararse fascista. Zapatero reactivó la división de la sociedad e Iglesias inició la crispación. Ha sido él quien se ha aprovechado de la buena voluntad de mucha gente humilde para arramplar con sus esperanzas en una falsa e impostada defensa de las mismas. 

En tercer lugar, la teoría es para los teóricos. Hoy en día, máxime con la que está cayendo y probablemente por caer, la política se está transformando en una cuestión pragmática, de acción para la solución más que de palabras...y sobre todo es cada vez más una labor para personas honestas, como Ayuso. Los medios y los asesores pueden crear y moldear un personaje pero las redes lo destrozan si atisban impostura. 

Sánchez y los españoles podremos dormir ahora algo más tranquilos pero sigue siendo su cómplice y al dimitido le debe su puesto en Moncloa. La segunda parte es él. Principio del fin, como apuntamos en abril. Esta batalla será más difícil pues suscribo algo que he escuchado: “el que se ha ido es un personaje siniestro pero el que aún nos gobierna es más peligroso”.

Juan José Gómez-Hidalgo Palomo