La crisis sanitaria está arrastrando una crisis económica de dimensiones tan grandes como la que ya sufrimos hace unos pocos años y de la que todavía, por desgracia, no nos habíamos recuperado. Quizá no sea buena idea volver a tomar las mismas medidas si queremos resultados diferentes. Esta vez quizá necesitaríamos pensar en el empleo como prioridad número uno y evitar la sangría de despidos que se produjeron anteriormente.
Espero que ya nadie dude que la necesidad de tener más personal sanitario como: médicas, enfermeros y celadores; o que para tener 20 alumnos y/o alumnas por clase harían falta una cantidad sustancial de profesores que por desgracia no se van a contratar. Pero más allá de cualquier empleo público, hay otro tipo de empleos que son también necesarios y que en nuestro país y en nuestro pueblo son cada vez menos. Me refiero a la industria.
Tenemos un pueblo y una comarca con una tradición bastante amplia en la industria alimentaria. Los jamones y embutidos en general, el vinagre, frutos secos y snacks han sido y siguen siendo una parte importante del trabajo y la riqueza que genera Torrijos.
Pero necesitamos más. El paro en Torrijos asciende a 1.461 personas, de las cuales 521 son hombres y 940 son mujeres. Hay que empezar por atraer inversión al Vivero de Empresas, crear un sello distintivo de los productos de la zona para que al ir a nuestra tienda de barrio podamos conocer los productos que se han hecho en nuestra comarca. También se pueden generar proyectos en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha y, con ello, poner los cimientos de una industria alimentaria en Torrijos que sirva para generar empleo digno y sostenible a largo plazo.
Quizá nos pongamos a trabajar en esta idea y no lo consigamos, pero el camino pasa por dar el primer paso, y después, el segundo y así comenzar a caminar.