PESADILLAS

Esta mañana mismamente me he despertado con una leve sensación amarga, ya que he soñado que vivía en Berlín

José Miguel García Conde
José Miguel García Conde

Últimamente tengo muchas pesadillas. Esta mañana mismamente me he despertado con una leve sensación amarga, ya que he soñado que vivía en Berlín (que por cierto es una ciudad increíble), que caminaba por sus amplias avenidas y me daba de bruces con un gigantesco monumento donde yacían los restos de Adolf Hitler. El escalofrío ha sido casi tan mayúsculo como la escultura que presidía el monolito al observar que en pleno siglo XXI aún se rendían honores a un cruel dictador, asesino y torturador que amedrentó a cientos de miles de seres humanos por toda Europa. Cuál no sería mi estupefacción que un berlinés se me acercó y me consoló como si fuera un niño que ha descubierto que los Reyes son los padres y ha perdido la inocencia.

Tras esto me ha comentado en alemán (Eso sí que era extraño en mi sueño, porque comprendía perfectamente ese idioma, cuando en alemán sólo sé decir Frankfurt) que lo peor era que el Tribunal Superior ha declarado que no se podían sacar los huesos de tan insigne personaje y trasladarlos a un lugar más sencillo, que no era correcto hacerlo, al menos en esos términos. Este señor de origen alemán me hablaba del exterminio judío y los campos de concentración, de un abuelo suyo que murió en Auschwitz. Tras tomarnos unas cervezas conversamos sobre la libertad, sobre pasar página, sobre la honra a los dictadores, sobre la memoria histórica. Nos pedimos otra ronda y nos despedimos. Después me desperté con ese regusto amargo que deja la cerveza y los monumentos a los tiranos. Me alegré de que en España estas cosas no sucedieran y me volví a acostar.

Jose Migul Garcia Conde