Seguro que en estos días de confinamiento todos los que me estáis leyendo habéis visto el famoso video en el que un chico grita desesperado que se aburre, sino lo habéis hecho os lo recomiendo. Pero no sólo eso, para pasar el tiempo probablemente estéis viendo cada una de las publicaciones de las redes sociales y leyendo un montón de ideas, sugerencias o conspiraciones sobre diferentes acontecimientos relacionados con el coronavirus. Esperanza Aguirre ha muerto por coronavirus, un camionero nos cuenta cómo hay envíos VIP para ciertas personalidades, nos han pedido que mandemos cartas a los afectados por coronavirus y la más inquietante de todas; a partir de esta noche se decreta el inicio de la purga autorizado por el gobierno del país.

Todos estos relatos tienen un denominador común, a día de hoy, son falsos. Los bulos o fake news en tiempos de sobreinformación son por desgracia el pan de cada día y ahora más que nunca es necesario contrastar la información. Porque un mensaje reenviado te llegue a dos grupos distintos, no quiere decir que sea verdad, porque lo leas en un periódico poco fiable no quiere decir que sea verdad. Hay formas y formas de contrastar, pero la mejor es tener un espíritu crítico ante cualquier información, saber mirar la fuente del mensaje y sobre todo, esperar a confirmaciones por varios medios diferentes antes de difundir o creértelo.

Ante esta tesitura, lo mejor quizá sea desconectar y para ello hay diferentes alternativas: lectura, películas y series, juegos de mesa y ejercicio en casa sean posiblemente las mejores. Mi recomendación es coger ese libro olvidado que teníamos por casa, darle lectura y coger el siguiente. Hace poco fue el día mundial de la poesía, ahora que estamos “Intramuros” quizá sea el mejor momento de leer, antes de volver a ver la “Intemperie”.